… no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas.
J.F. Kennedy
Cuando se trata de educación, generalizar casi nunca funciona. Siempre hay ejemplos que demuestran que las características, tanto de la profesión docente como de las instituciones, no son universales. Sin embargo, durante más de cien años se han construido una serie de regularidades que permiten identificar un modelo que suele ser designado como enseñanza homogénea. Con la llegada del siglo XXI, entró en crisis y comenzó una etapa de transformación hacia un nuevo paradigma más justo, que promueve más y mejores aprendizajes.
Como sucede en todo proceso de cambio, el panorama se carga de visiones, interpretaciones y soluciones de lo más diversas. Algunas son tendencias efímeras, en general asociadas a algún desarrollo tecnológico; otras recurren a los aspectos más avanzados de pedagogías clásicas que nunca llegaron a generalizarse; y, en otros casos, se construyen a partir de lo mejor de varios mundos.
Un buen ejemplo es el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA). Según este marco, los currículos diseñados para una supuesta mayoría generan barreras no intencionadas al no tomar en cuenta la diversidad presente en las aulas. En consecuencia, fracasan en el intento de proporcionar oportunidades justas y equitativas, ya que excluyen a aquellos con capacidades, motivaciones y conocimientos previos distintos, que no se corresponden con el criterio ilusorio del alumno promedio.[1]
El DUA propone brindar los medios para ayudar a los estudiantes a convertirse en aprendices expertos. Es decir, alguien con altos niveles de autonomía, autorregulación y motivación, que está comprometido, sabe lo que mejor se adapta a su estilo de aprendizaje y se siente responsable de sus logros.
El DUA es un enfoque didáctico desarrollado por el Centro de Tecnología Especial Aplicada (CAST), que adapta los principios arquitectónicos del Diseño Universal (Ronald Mace) a los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Inicialmente, el CAST se ocupó de los estudiantes que por distintas razones no podían acceder a la información presentada en formatos tradicionales. Luego, su enfoque evolucionó hasta convertirse en «un marco para mejorar y optimizar la enseñanza y el aprendizaje para todas las personas, basado en conocimientos científicos sobre cómo aprenden los seres humanos».
Muchos educadores todavía creen que el DUA trata de satisfacer las necesidades de los alumnos con discapacidad. Dos de las concepciones más comunes que explican esta creencia son:
En su forma más simple, el DUA se basa en tres principios:
A partir de los tres principios, se han desarrollado nueve pautas o directrices que forman la base principal del DUA. Esas directrices articulan con los principios y los desarrollan, pero su propósito principal es guiar a los educadores en la toma de decisiones durante el diseño de actividades de aprendizaje. Con el objetivo de construir claridad, cada una de las pautas cuenta con verificadores que aportan ejemplos y permiten comprobar si las estamos siguiendo.
En Santillana nos hemos preguntado si el marco DUA podía aplicarse al trabajo editorial.
Durante muchos años nos especializamos en el diseño de un artefacto pensado para el alumno promedio y que ha sido el gran aliado de la enseñanza homogénea: el libro de texto. Seguimos creyendo en sus virtudes, pero empezamos a explorar nuevos formatos para apoyar a los docentes en un contexto educativo muy dinámico y diverso.
Nuestra primera opción fue incorporar tecnología. Después de un tiempo, llegamos a la conclusión de que estábamos subutilizando las posibilidades del entorno digital. La metáfora que organizaba nuestra labor gravitaba en torno al libro y a los procesos creados para generarlo. En otras palabras, sumamos tecnología para continuar haciendo muchas de las cosas que podíamos hacer sin ella.
Luego de mucho reflexionar, decidimos identificar aquellos aspectos del DUA que más se aplicaban a nuestra profesión de editores.
Concluimos lo siguiente: si el material didáctico no ofrece alternativas para que los docentes diversifiquen las vías de acceso a la información, si no brinda oportunidades para que todos los alumnos interactúen con ella y construyan nuevo conocimiento, y si no contribuye a que los estudiantes se sientan implicados en su proceso de aprendizaje, entonces… el proyecto editorial está discapacitado.
1. Hacemos visible la diversidad. Coordinamos nuestro proyecto con Habilmind, una empresa especializada en el desarrollo de herramientas que analizan factores que influyen en el aprendizaje de los Esto nos permite realizar diagnósticos de habilidades fundamentales (razonamiento lingüístico, razonamiento matemático y comprensión), estilos y tendencias de aprendizaje, y socioemociogramas, entre otros.
2. Editamos para la diversidad. Contamos con una plataforma y con recursos digitales accesibles que incorporan imagen, audio, video e interactividad para diversificar el acceso a la información. Las actividades interactivas cuentan con trazabilidad, lo que permite al docente realizar un seguimiento del desempeño de sus alumnos y personalizar apoyos y estímulos.
Cuando generamos recursos digitales, estas son las preguntas que nos planteamos
Además, creemos que el soporte papel sigue siendo imprescindible en muchos procesos cognitivos. En consecuencia, buscamos que nuestros libros y materiales impresos generen mayor impacto visual. Incluimos propuestas diversas para que los estudiantes demuestren lo que aprendieron, aunque sus fortalezas no sean lingüísticas o lógico-matemáticas. Y diseñamos materiales que los docentes pueden utilizar para desarrollar metacognición en sus alumnos.
Para la edición en papel nos hacemos preguntas de este tipo:
3. Acompañamos para atender a la diversidad.La transición de una enseñanza homogénea a una educación más personalizada requiere el fortalecimiento de una serie de capacidades docentes. Por eso, contamos con un equipo de asesores que acompañan a la institución en esta transición.
Por último, el equipo de asesores trabaja con los docentes en el diseño de propuestas que respondan afirmativamente a las siguientes preguntas:
La crisis de la educación homogénea afecta los modelos en los que fuimos educados y en los que crecimos personal y profesionalmente.
Son tiempos difíciles, de mucha incertidumbre, pero cargados de creatividad y de oportunidades. Así lo entendemos en Santillana, por eso elegimos aceptar el desafío y la responsabilidad compartida de trabajar por una educación inclusiva y de calidad, que multiplique las oportunidades y contribuya al bienestar de las generaciones más jóvenes.
El próximo 25 y 26 de agosto se realizará el evento educativo más importante del año. Bajo el programa de Compartir Experience, se celebrará el Congreso Internacional de Compartir 2021, un punto de encuentro para directores de escuela de todo Latinoamérica y que contará con las ponencias de reputados expertos a nivel
mundial para conocer cómo adaptar tu escuela a la nueva era educativa.